Tuve en tus manos la mìa,
la izquierda, la inversa
la que solo conmigo conversa.
Como viruela la impìa
solo imponderable a tus muslos
mi amor imprimìa.
Recuerdas su rabillo
con impecable impiedad
nos llevò a un placer sin edad.
Lazada muchas veces
tu cintura fuè de vapor
alzando sus ganas al mundo
con esa energìa del amor.
Con todo, y con esta mano zurda
donde me llamaron zutano
como zumbido al calor del infierno
en la guerra descociò los dragones
y entre las cuerdas
alzò su bandera
su escultura delgada
como tu voz de amalgama
su brote, su cabillo de amante
el mismo tiempo de ambos
de cuatro manos
y diez ocasiones
Por la diestra pasò la gente que venìa
ResponderEliminarno la que se iba...
los saludos, la macana,decirse adiòs
decirse de una forma.....
solo hay voz por la derecha
el otro canto...
como vertice del amor es encanto
la otra orilla...solo a veces
solo sirve de sombrilla