18 septiembre 2011

En Jìcara los besos

En mi pueblo,
aùn se bebe en jìcara los besos
se ama ante la mirada y
en el vuelo de una hamaca.
Y aunque es la seda
ese olor de papagayo
para mi,
los hilos desatan el faisàn
que abriendo el pecho
pinta de florido
cualquier amor vencido.......
Ahora en esa esquina del mapa
he dibujado aquella casa
con dos argollas y dos portales
que siempre parecieron
la entrada al cielo por mi casa
quiero ver, si muerto
puedo recordar ese camino
ya que dicen que se van sin ojos.
Nos decìa la abuela Lala
vayan a saludar a su abuelito
que les darà a cada quien su reino
y yo soñaba que al cruzar la puerta
cambiaba de rostro el aire
de mirada la voz
que habìa en aquella instancia
un caudal de risas y pelliscos
y mordiscos, que jugando
no habìan ojos sin amarse.........
Ya no tengo
ese caballo de madera,
ni ese trote, alocado
ni la misma risa,
menos los mordiscos
pero no me canso,
que se muera el diablo
que se vaya a la fregada
yo en otro tiempo,
en otra casa y en otra jìcara
doy de besos por la madrugada.........
tampoco la misma niña corre como diablo
Hoy se anda de camisa negra
de corbata a dos espejos
ahora solo corre el diablo ya cansado
Antes, le jalabamos la cola
y por tres noches
mi sangre la ocultaba debajo del sillòn
Una vez, su voz de borrado
y hondo ronquido
taladrò en mis orejas
que ahora quien corra en las penumbras
me hace trizas, o se roba un minuto de la vida
que bueno serìa contratarla en horas......

No hay comentarios:

Publicar un comentario