A veces no me puedo
grabar y calibrar,
medir el canto,
zurcir la garganta al gargar,
debido a esa voz colgada del vacìo,
que tiene piel granosa
o mùsculo cansino.
Lo que antes y despuès del humo
donde la guisa, como risa
fueron carcajadas
es silencio ahora
o voz guerrera
que me ha llevado
donde solo el borde
por una sola y lejana orilla
ha labrado piedras,
a media voz y en cantoral
ese mudo talud
que resbala como viento aullando
como largo en el cuello del cisne
y no me puedo sentar y abrir
por cuco y peleonero
peleando por la vida
parece me enredo al ruido
y ni el viento sopla su rugido
A veces callados nos hablamos
ResponderEliminary enojados nos matamos...
sabemos escuchar cuando doblan las campanas
y el silencio de su partida
dice adios y Dios aùn màs